DOLOR Y CASTIGO
Mi novia se ha decidido a ponerme un mecanismo para la castidad masculina. Después de probar el artilugio y notar el extremo dolor que me provocaba el intentar ereccionar el miembro viril, se ha puesto más cachonda y su mirada lo dijo todo:
-Desde ahora, cariño, esa pollita me pertenece.
-No te podrás tocar ni correrte.
-Nunca podrás quitarte el dispositivo sin mi llave, que colgaré entre mis pechos.
-Cuando intentes ponerte cachondo, te va a doler, será una tortura constante, y no te quedará otra que relajarte o padecer tu miseria.
-Ahora ya sabes quién es la que manda...