El mundo del BDSM siempre tiene un comienzo. Normalmente de pequeñito, alguien siempre jugaba a indios y vaqueros y se dejaba atar en un árbol, otros disfrutaban más cuando le azotaban el culo con una zapatilla, había incluso a quien le encantaba quedarse encerrado en algún sitio.
Otros, como los de estos vídeos, prefieren probar juegos con la electricidad que les proporciona un collar de esos para los perritos, que emiten sus descargas para amaestralos.
Sea como fuere, cualquier inicio masoquista o sádico, puede ser el comienzo de una auténtica relación sexual BDSM en el futuro. Eso sí, con consenso entre ambas partes...
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