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sábado, 4 de noviembre de 2017

EL REGALO

Todo comenzó una buena mañana de Sábado. Mi chica se había ido esa misma mañana bien temprano para no volver hasta el Lunes por motivos de visita familiar a otra ciudad. Yo aún dormía después de una larga y productiva noche de fiesta y la resaca aún no me permitía levantarme de la cama con decencia.

Después de unas horas, casi a las dos o tres de la tarde, abrí los ojos...el dolor de cabeza era persistente y lo primero que hice fue ir al baño, dando tumbos por la habitación y encontrándome con las paredes del pasillo de formas nada saludables. Al volver a la habitación después de orinar, me di cuenta que en la mesita de noche de mi chica, había una nota escrita en un papel:

"Buenos días cari, espero que lo pasaras bien anoche. Yo te llamaré sobre las 6 de la tarde, espero que ya estés despierto para entonces. Por cierto, te he dejado un pequeño regalito para pasar este fin de semana en compañía, jejeje, espero que sea de tu agrado, me gustaría que al volver me lo enseñaras, un beso, te quiero."

En la postdata, mi novia me puso:

"Disfruta de tu fantasía...comienza en el segundo cajón de mi mesita."

Cuando leí eso último, me puse nervioso. Yo sabía perfectamente lo que podría ser, pero aún así no me lo podía creer, no tenía ni idea que mi chica supiese sobre mis fantasías sexuales, ya que nunca se lo dije, por vergüenza. El caso es que al despejarme de la resaca un poco, comencé a cabilar y darle vueltas, imaginé si no habría entrado en mis historiales de internet de la tableta, quién sabe...

Me apresuré a buscar el tal regalo en el cajón, y para mi sorpresa, lo primero que encontré fueron un surtido de tangas y braguitas de mi novia, su olor me la recordaba a todas horas..rebusqué por debajo de tanto enjambre de ropa interior y...allí estaba, una caja de cartón rectangular, sin inscripciones.

La abrí apresuradamente, y encontré una bolsita de plástico transparente con, oh, sí, lo que parecía un dispositivo metálico de castidad y un candado. Lo conformaban tres piezas, un tubo para el pene, una aro y un cerrojo abierto. Ni rastro de la llave.

Recordé las palabras en la carta, de que le gustaría volver ay verme con ese regalito puesto, el caso es que me lo iba a probar igualmente. Nervioso como estaba, y sudando las manos y todavía algo mareado por el alcohol, agarré el aro circular e introduje primero un testículo, e hice pasar mi pene después, el otro testículo se me resistía bastante, aún con mi pene fláccido, el anillo era de un diámetro muy justo y costaba lo suyo. Al final lo logré, y me di cuenta que el conjunto quedaba bien agarrado, solamente faltaba introducir mi pene en el tubo y enganchar el candado en el lugar al uso.

Dudé unos segundos de cerrarlo o no, ya que la llave no estaba, y eso me dejaba a merced de mi novia. Para asegurarme, la llamé y le pregunté por la llave. 

No pude hacerme con ella, estaba apagado su móvil, tendría que esperar su llamada. Se suponía que sería sobre las 6 cuando tenía que llamarme, pero aún eran las 4 y yo estaba haciendo realidad una de mis fantasías favoritas, así que no pude contenerme y cerré el candado.

Ahora ya no había escapatoria, si no me había escondido la llave por casa, tendría que esperar al Lunes a que llegase ella.

A las 6 y cuarto llamó mi novia, y después de una conversación típica, le pregunté por fin por la llave, ella me dijo que al volver ya hablaríamos...me puso muy cachondo, y mi pene intentó crecer ahí dentro, pero no podía, y me comenzó a doler el conjunto, pene y testículos. Me tuve que relajar a la fuerza...y así hasta el Lunes que llegó ella...





Nada más entrar se desvistió frente a mí, se quedó en braguitas y transparentando pezones, apoyada en el suelo ella y yo en pié. Me dijo que me lo mostrara. Yo me bajé el pantalón y le enseñé mi pene encerrado en su regalo de castidad metálico.

Su sonrisa a la par de una asombrada mirada, me hizo sonrojar. Me estrujó las pelotas y se aseguró que el candado estaba bien fijado, inspeccionó el conjunto y me dijo:

"Supongo que te habrás preguntado por la llave todo este tiempo, y supongo también que esperabas mi regreso con ella," pero no seas iluso cari, ambos sabemos que tus fantasías no solamente son de castidad y sumisión, he podido ver en internet lo que te gusta, y antes que yo lo diga, quiero oírlo de tu voz, dime cari, ¿qué fantasía es la más recurrente que tienes, con la que más pajas te haces a escondidas y a expensas mía?, ahora puedes sincerarte, esto lo hago por ti, porque te quiero."

Al principio me asusté seriamente, luego bajé la cabeza, y comencé a balbucear entrecortado...ca, ca, castidad permanente cari, y verte follar por otros, ser tu cornudo en castidad permanente. Lo dije, al final lo descubrió, estaba totalmente derrotado.

Ella no pudo contener otra gran sonrisa:

"Claro cari, ¿y creías que no lo sabía desde hace tiempo? solamente estuve esperando para asegurarme, y tras meses y meses de espiar tus historiales, me convencí, y cari, voy a confesarte algo, no hay llave para ese candado, jejeje. Tu castidad efectivamente va a ser permanente, y se de sobra que no tienes valor para acudir a un profesional para cortar ese acero, y por ti mismo sabemos que no puedes cortarlo, es perfecto para ti ese cinturón de castidad, y por cierto, en la tienda me advirtieron que de llevarlo puesto muy de seguido, tus músculos del pene se pueden atrofiar, dando como resultado que ya no pueda volver a ponerse erecto, jejeje. Pero no es algo que nos preocupe ¿verdad cari? total, tampoco vas a poder sacarla de ahí, tendrás que aprender a convivir con tu nuevo juguete. Ah, y en cuanto a lo de verme follar con otros, tranquilo, todo se irá viendo...de momento, baja aquí y lámeme el coño, al fin y al cabo, será el único sexo que tendrás desde ahora y para siempre."

"Espero que haya acertado con tu fantasía, claro que ahora ya es una realidad".



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